viernes, 28 de septiembre de 2012

Hijos del Sol

 La ancestral leyenda huichol relata como, en los comienzos del tiempo, no había otra luz en el mundo mas que la de la Luna , siendo esto un gran inconveniente para el hombre. Los ancianos y aquellos que poseían el conocimiento se reunieron entonces para discutir la manera de traer más luz al mundo, rogaron a la Luna que les mandara a su único hijo, un niño cojo y tuerto. 


Al principio la Luna se opuso, pero al final dio su consentimiento. Entonces, ataviaron al muchacho con ropas ceremoniales, que consistían de huaraches, (sandalias) plumas, y morrales para guardar tabaco; después le dieron como arma un arco y flechas y pintaron su rostro, para luego lanzarlo dentro de un horno, donde el fuego lo consumió íntegramente. Sin embargo, el niño resucitó y corrió debajo de la tierra, y para asombró de todos: cinco días más tarde, apareció el Sol.



Cuando el Sol extendió su luz en la tierra, todos los animales nocturnos (jaguares y leones de montaña, coyotes, zorros y serpientes) se molestaron enormemente y dispararon sus flechas a la estrella del día. El calor y los rayos del Sol eran intensos y cegaban a los animales de la noche, forzándolos a esconderse en cuevas oscuras, charcos y árboles; si no hubiera sido por la ardilla y el “pitorreal”, el Sol no hubiera podido completar su primer recorrido por el cielo. Estos fueron los únicos dos animales que defendieron al Sol; hubieran preferido dar sus vidas  que permitir que el Sol muriera, y al atardecer dejaron un poco de “tesguino” a la vista para que el Sol pudiera pasar. Los jaguares y lobos mataron a la ardilla y al pitorreal al final, pero, incluso hasta nuestros días, los Huicholes hacen ofrendas a estos héroes y llaman “Padre” a la ardilla





No hay comentarios:

Publicar un comentario